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La forma en que nos ven sí influye en que nos elijan
Cuando vamos a empezar un negocio o una empresa posiblemente no tenemos la cantidad de recursos económicos suficientes para solventar todas las necesidades que se presentan, por lo que decidimos ahorrar en aspectos que consideramos “menos importantes” por lo que compramos computadores de segunda mano, escritorios y sillas económicas, también diseñamos un logo predeterminado en una página web de bajo costo y contratamos una plantilla de página web ¡lo importante es tener algo para mostrar!
Increíblemente esto nos funciona un tiempo, los amigos y familiares de los integrantes generan una voz a voz que atrae algunos clientes y va dando forma, normalmente sin haber llegado al punto de equilibrio. Es allí cuando se empieza a buscar una expansión, incluir nuevos productos o servicios en el portafolio de la empresa, donde nos encontramos con una situación bastante decepcionante: este enfoque en el marketing no se traduce en nuevos clientes, creyendo ingenuamente que la fórmula antigua funcionará para nuevos retos.
Incluso con la llegada de nuevos clientes, trasluce el hecho de estar ofreciendo el mejor producto o servicio, sin la capacidad de brindarlo, un riesgo muy considerable respecto del reciente Good Will adquirido. Aquí se recomienda darle un respiro a la imagen transmitida, dado que, aunque sea poca se cuenta con la experiencia del éxito y del fracaso. Imagine que busca en internet un nuevo restaurante para cenar, ¿qué es lo primero que idealiza? Fachada, mesas, presentación de los platos, entre otros aspectos que tienen una característica común: lo ornamental, la estética. Entonces, antes de salir a buscar comensales, asegúrese de que quieran no entrar, sino volver a su restaurante.
Enero 19 de 2022